El club social de la Habana que revivió la música cubana
En los años 30 en el barrio de Buena Vista en la Habana, surgió un club social en el que predominaba la música como creación artística y como medio de entretenimiento. En este tiempo, en la capital, se podían encontrar numerosas sociedades de diferentes etnias, pero ésta en concreto era puramente cubana. En ella no sólo se hacía música, el baile, los juegos de cartas, el dominó o la costura eran actividades diarias. Era un colectivo abierto en el que había libertad tanto para producir música como para disfrutar de ella como oyente, bailarín, o cualquier cosa que uno se propusiese ser o hacer en su tiempo de ocio, llevando acabo así distintos proyectos sociales y culturales. Sin embargo, los enormes cambios sociales y políticos que la revolución cubana trajo consigo en 1959, se tradujeron en la disolución de estas sociedades y clubes privados, entre los cuales se encontraba Buena Vista Social Club.
Años más tarde, en los 90, cuando ya no quedaba rastro de Buena Vista, Ry Cooder, músico, compositor y productor musical estadounidense, llegó a la Habana con el proyecto de recopilar el trabajo de artistas cubanos y africanos para la producción de un nuevo álbum de género Afrocubano. Al no poder los músicos africanos presentarse para la realización de este álbum, Cooder tuvo que continuar con su proyecto de manera improvisada. Junto con el apoyo y entusiasmo de Juan de Marcos Gonzalez, quien luchaba por mantener y fomentar la música cubana como parte de su propia identidad, se lanzó a la calle en busca de grandes potenciales. Resultó afortunado al toparse en 1998 con artistas de la talla de Ibrahim Ferrer, Rubén Gonzalez y Compay Segundo entre otros muchos. El resultado, de esencia puramente cubana, reunía los grandes éxitos de aquellos que habrían sido parte del club Buena Vista décadas antes. En homenaje, el álbum se publicó bajo el nombre de Buena Vista Social Club y trajo consigo la resurrección de iconos y voces importantes de la música cubana que habían sido por años silenciada.
De nuevo, como siempre, todo parece estar conectado: la música, profundamente ligada a una identidad y cultura determinadas, se convierte así en un claro reflejo de la historia.
A través de vivaces melodías, ritmos – e incluso silencios-, Buena Vista Social Club nos recuerda que la identidad cubana no existe sin la inconfundible marca que el colonialismo español dejó en sus tierras. La intensidad de la guitarra española, combinada con los aún tímidos ritmos africanos, nos trasportan a un tiempo atrás, al tiempo de dominación hispana y de esclavitud. La incesante guitarra, junto a otros instrumentos como el contrabajo, la trompeta, el piano o la voz, juega con estos ritmos provenientes de África en estas tierras habaneras, creando así el color y textura de la música cubana que se expande por todo el mundo.
Tras el enorme éxito del álbum, el director alemán Wim Wenders realizó un interesante documental sobre la historia de la creación del club, que llevaría su mismo nombre. En él, el artista Ibrahim Ferrer comenta como “los cubanos somos chiquitos, pero somos fuertes, hemos sabido resistir lo bueno y lo malo”. Esta resistencia de la que Ferrer habla encuentra un claro reflejo en su música; la identidad cubana, con sus tintes folclóricos españoles y africanos, resuena con fuerza.
Con el éxito de Ry Cooder, que supo jugar con la espontaneidad y naturalidad de los músicos de Buena Vista, logró de esta forma inmortalizar la esencia del club original. La pasión, propia de la improvisación que caracteriza al sentimiento cubano, fue finalmente fijada, enlatada, encerrada y lista de por vida para el consumo occidental, con sus ansias por mercantilizar y poseer toda realidad. Esta apropiación comercial del espíritu de Buena Vista permitirá sin embargo que todos nosotros podamos disfrutar y admirar hoy su música desde fuera de la isla.
Tan simple como tecleando en Youtube “Chan Chan” o “Candela”, podemos conectar con Buena Vista Social Club y percibir su pura energía musical y el auténtico sentimiento cubano. Os encontraréis frente a un álbum que tuvo gran repercusión en la historia de la música cubana, y que ha creado una gran admiración y respeto por la cultura musical de su tierra.