A veces respirar era
como abrirse las entrañas,
como situar el hambre en un mapa
o delirar con los ojos en las manos,
es decir,
palpar a ciegas,
es decir,
no saber dónde
acababa yo
y empezaba la vida.
(Aprender a ser tierra era
inevitablemente
aprender a desintegrarse)
Cristina Adler